La climatización por suelo radiante también es para el verano
La primavera está dando sus últimos golpes, y aunque todos sabemos que “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”, en “unos días” es verano. En esta ocasión, te sugerimos, si planeas reformar tu vivienda, que consideres la posibilidad de instalar suelo radiante. Además de ahorrar espacio al poder prescindir de todos los radiadores que tienes en tu hogar, al instalar suelo radiante – combinado con una bomba de calor – tendrás uno de los sistemas más eficientes que existen en la actualidad y a su vez, no se precisa aire acondicionado en esos días en que el calor es cada vez más intenso. Comodidad y serenidad tanto en invierno como en verano… porque la calefacción por suelo radiante también es para el verano. Y también es eficaz y beneficiosa.
Suelo radiante, calor y frío en el hogar
A pesar de que la calefacción por suelo radiante es un sistema de transferencia de calor cada vez más popular, su relativa «juventud» hace que sea necesario comenzar con una pequeña introducción. El suelo radiante es un sistema de transmisión que se instala bajo el suelo y, a diferencia de otros sistemas, tiene la particularidad de distribuir el calor y el frío de forma más uniforme (en este último caso, si completamos nuestro sistema de climatización con equipos de generación aerotérmica como la bomba de calor).
¿Eléctrico o por agua?
Hay dos sistemas de suelo radiante que se pueden encontrar en el mercado: eléctrico (solo conseguiremos calor) o agua. Las diferencias entre unos y otros se podrían resumir en que la calefacción por suelo radiante eléctrica -funciona mediante una resistencia eléctrica colocada bajo la acera- es más fácil de instalar, es más rápida para calentar la casa y no requiere la instalación de una caldera, pero el consumo de electricidad es alto. Por su parte, la calefacción por suelo radiante que funciona con agua -a través de ciertos conductos también ubicados debajo de la acera-, a pesar de que su instalación requiere un mayor gasto y requiere equipos de generación, tiene dos ventajas sustanciales: es más eficiente (consume menos energía eléctrica) y , cuando se usa con una bomba de calor, no solo le permite calentar, sino también enfriar. Por este motivo, y teniendo en cuenta el grado de eficiencia energética, es recomendable, en la medida de lo posible, inclinarnos por suelo radiante con agua.
Y además de su eficiencia, la mezcla con un sistema de bomba de calor aerotérmica nos aporta la gran rentabilidad que mencionamos al principio: la refrigeración en los meses más calurosos del año. Esto se debe a que el funcionamiento de la bomba de calor aerotérmica se basa en captar el calor exterior y trasladarlo (en este caso mediante la calefacción por suelo radiante) al interior de la vivienda o recoger el calor del interior y disiparse hacia el exterior. En este último caso, obtendremos un efecto de refrigeración y nos olvidaremos de instalar aire acondicionado (con el ahorro que conlleva).
Comodidad y bienestar tanto en invierno como en verano… porque la calefacción por suelo radiante también es para el verano. Y también es eficaz y saludable.
Por lo cual , las ventajas principales de un sistema de climatización de suelo con bomba de calor aerotérmica son: bienestar y comodidad debido a la distribución uniforme y homogénea tanto a la hora de calentar como de refrigerar el inmueble; Eficiencia y ahorro al requerir una temperatura de salida más baja (entre 35 y 40 grados) que los radiadores tradicionales (70 grados), reduciendo el consumo energético en un 10 a 20% sostenible en combinación con el uso de energías renovables; Más espacio en la casa al eliminar los calentadores radiantes como los radiadores.
¿Con qué pavimentación? ¿Y en el baño?
Estos problemas suelen ser dos de los más frecuentes a la hora de tener en mente instalar suelo radiante en un hogar. En cuanto a si hay algún pavimento que no sea aconsejable combinar con una instalación de esta clase, hay que decir que todos son compatibles, desde la madera hasta la cerámica. Si bien es cierto que la propia naturaleza de estos materiales hará que el sistema sea más o menos eficiente. Por lo cual, y por su comportamiento ante la transmisión de calor, la cerámica es más aconsejable por su coeficiente de conductividad térmica.
Y en cuanto a si se puede instalar en el baño … ¿hay algo mejor que sentir el calor bajo nuestros pies al salir de la ducha? El baño suele ser una de las estancias más frías de una casa, y las fuentes de calor más habituales para calentarlo a primera hora de la mañana son los radiadores independientes o de pared y los radiadores útiles (cuyo efecto es de muy corta duración y siempre salen de la zona fría más baja de la habitación). No obstante, con una instalación de suelo radiante, obtendremos un mayor placer, ya que el calor circula desde la base (que siempre estará caliente) hacia arriba «ocupando» todo nuestro baño.
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