El cambiar una bañera por el plato de ducha es una de las reformas más comunes que se realizan en un hogar.
Al no tratarse de una obra grande puedes realizarla en la estación del año que escojas. Por lo general su cambio se puede realizar en un solo día.
Gracias al ahorro de agua que conllevan, este tipo de reformas se aprecian desde el primer minuto, a pesar de ello, este cambio también implica que privilegios como un relajante baño en la bañera desaparezcan.
Si estás pensando en reformar tu baño, sigue leyendo que te contamos todos los beneficios.
Tener un uso más competente del agua y aminorar su consumo es responsabilidad de todos
Encontramos una variedad de circunstancias por las que tener en cuenta el convertir tu bañera en un plato de ducha. Las más simples y esenciales son:
- La ducha facilita el consumo sostenible y ahorra en el recibo: Sin duda una ducha necesita menos agua que un baño, lo que se convierte en un desembolso menor. Este ahorro de tiempo y dinero, beneficiará a tener un recibo de menor importe, amortizando el precio de la obra en menos tiempo.
Sin embargo, no solo la ducha implica un ahorro de energía y de agua, también el optar por una ducha en vez de un baño es una forma mucho más ecológica de lavarse. Algo que hay que considerar siempre, pero en concreto en temporada de carencia de agua o sequía.
- Adaptabilidad: Las bañeras son voluminosas e invaden mucho espacio, algo particularmente fastidioso y nada práctico en baños reducidos. El plato de ducha da una percepción de espacio, dejando más hueco para movernos o instalar mobiliario.
- Seguridad y garantía: Actualmente los platos de ducha son muy sólidos y compactos gracias al género utilizado para su elaboración, son flexibles, maleables y ergonómicos fabricados con materiales antideslizantes, para evitar cualquier incidente.
- Necesidades futuras: La puesta al día para el acceso en personas mayores es fundamental y por ello, una ducha es una alternativa ideal, ya que no precisa de un esfuerzo mayor para entrar y salir de ella.
- Limpieza: La limpieza y el mantenimiento de un plato de ducha es más fácil que el de una bañera. Al tratarse de una superficie plana y, por lo común, más pequeña que en una bañera, ahorraremos una vez más en tiempo y dinero para su limpieza.
- Eficiencia energética: A la hora de planificar el cambio, ten en cuenta también la eficiencia energética y cómo la nueva sustitución impactará a tus recibos de cada mes.
- Diseño: Hoy por hoy los diseños innovadores que presentan las duchas hacen que se revalorice el hogar. Puedes hacer una ducha de diseño con grandes aportes como colorterapia y otros métodos que la transformen en un verdadero spa.
Decidirse por el cambio de la bañera para una ducha puede ser el momento idóneo para revolucionar el cuarto de baño. Proporcionando un aire novedoso y una estructura al domicilio del cual no te arrepentirás Sin olvidar, evidentemente, el lado útil y funcional de esta elección.